Te ha pasado que en muchas ocasiones tus compañeros no siguen tu ritmo de trabajo y te desesperas tratando de ir a la par o presionarles para conseguir cumplir el objetivo?
Pues más allá de entender que existen personalidades, formas de trabajo y modos de actuar diferentes, es importante que identifiques primero tu forma de actuar y luego la de tus compañeros para poder planificar la ejecución de un proyecto.
No siempre trabajar más rápido es bueno ni malo, todo depende del proyecto en cuestión. A veces se requiere hacer un trabajo muy bien analizado, que considere todas las variables que haga buenas recomendaciones y frecuentemente esos análisis requieren tomarse un tiempo para recopilar y contrastar toda la información.
En cambio, hay veces que se prefiere obtener resultados rápidos aunque sean preliminares para tener una idea general y poder tomar decisiones rápidas para luego ir profundizando en el tema.
Por lo tanto, si tú eres parte de un equipo o mejor aún su líder, es crucial que identifiques el objetivo que se quiere lograr y luego aprovechar las mejores habilidades de los miembros del equipo según el caso, lo que implica que irás moviendo las piezas de manera estratégica según los objetivos que quieres conseguir. Esta es una habilidad muy importante que se busca en los líderes.
Cuando tú vas más rápido que los demás
Es normal que te molestes y desesperes con los compañeros que retrasan tus actividades, sin embargo, puedes aprovechar para desarrollar tus habilidades directivas, tanto en la planificación, identificación de actividades clave y orientación al logro. Para ello puedes hacer lo siguiente:
- Elaborar el cronograma con la lista de actividades lo más detalladas posible
- Identificar claramente las habilidades de cada miembro de tu equipo
- Asignar las actividades más acordes a las habilidades de las personas
- Hacer seguimiento y ofrecer ayuda en caso de visualizar que no se va a cumplir el objetivo
- Apoyar a la persona dándole retroalimentación, capacitación, pero sobretodo asignarle tareas donde se evidencie que se va a tener mejor desempeño
Recuerda, lo más importante es la empatía que tengas con tu equipo de trabajo y la motivación que le inyectes a la ejecución del proyecto.
Cuando tú vas más lento que los demás
Es importante entender que esto no es malo, este tipo de comportamiento puede apoyar de muchas maneras en ciertos proyectos, la clave está en asegurarse que te guste lo que haces y que esa habilidad es requerida en el trabajo que desempeñas, pues ahí encontrarás más satisfacciones, para esto puedes hacer lo siguiente:
- Averiguar si la actividad que estás haciendo, realmente te gusta y te apasiona
- Identificar tu modo de actuar versus el proyecto en cuestión, esto es, si se requiere rapidez o se requiere análisis, búsqueda y profundidad en la información
- Tener claro la fecha límite de entrega del proyecto
- Hacer un pequeño plan de ejecución según las fechas y tu ritmo de trabajo
- Si ves que puedes tener problemas al cumplir, no dudes en hablar con el líder del proyecto o un supervisor y solicitar ayuda específica para cumplir la entrega
- Definir un plan a corto y mediano plazo que contemple la mejora de conocimientos, habilidades o competencias que permitan dar lo mejor de ti.
Pero sobre todo, tienes que estar segura de ti misma, confiar en tus habilidades y aprender a manejar la situación con la asertividad necesaria, recuerda que la comunicación es básica para desempeñar un buen trabajo.
En conclusión, mujer y trabajo es una combinación llena de experiencias retadoras y no hay ritmos de trabajo buenos ni malos y por supuesto que todo el mundo tiene que trabajar en su mejora continua, pero debemos comprender que:
“ Solas no podemos llegar a ningún lado, el trabajo en equipo y las ideas de sus miembros pueden conseguir resultados extraordinarios”
Y tú, te identificas con algún ritmo de trabajo? Puedes comentarnos cómo enfrentaste la situación?
